Gasto militar mundial, en su máximo histórico en 2022

En 2014, la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia puso fin a un breve período de disminución en los presupuestos de defensa. Desde entonces, el gasto militar mundial se ha venido elevando año con año de manera consecutiva.

La invasión rusa en Ucrania reactivó, principalmente, las alertas en la OTAN, en Europa y en los países del entorno ruso, llamando a aumentar aún más la inversión en defensa y seguridad. En 2021, a pesar de los estragos por la pandemia de COVID-19, el gasto militar global superó por primera vez los 2 billones de dólares.

El año pasado, la cifra llegó a 2.24.

La guerra en Ucrania está reconfigurando todos los escenarios posibles. Observamos cómo el mundo, particularmente los principales actores militares, se encuentran dispuestos a una mayor inversión en defensa y seguridad. En el futuro próximo, la expectativa advierte un intenso rearme global, mientras que ahora, las industrias de defensa en muchos países entraron en un estatus de guerra. La ayuda a Ucrania, a la par de las reservas nacionales, de los desarrollos y las capacidades, necesitan mantenerse sustentables en el corto y en el largo plazos, y más aún mientras la invasión rusa y sus consecuencias no cesen.

Al mismo tiempo, los nuevos escenarios geopolíticos, cada vez más adversos e imprevisibles y que llegan de la mano de nuevas estrategias de seguridad, evidencian un replanteamiento inédito e histórico que sin duda rediseñará el tablero internacional heredado de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Fría.

Panorama global del gasto militar[1]

El 24 de abril, el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) publicó nuevos datos sobre la inversión militar mundial. El documento advierte un récord en el aumento del gasto global, particularmente en el europeo, en el que los Gobiernos continúan con una ininterrumpida tendencia al alza que supera incluso por primera vez las cifras de 1989, antes del fin de la Guerra Fría.

A nivel global y en forma paralela a la ayuda militar destinada a Ucrania, la preocupación por el aumento de la amenaza rusa y las tensiones en Asia Central han influido notablemente en las decisiones del presupuesto militar en muchos países. En 2022, el SIPRI refiere que el gasto mundial en este rubro creció por octavo año consecutivo hasta alcanzar el máximo histórico de 2.24 billones de dólares, un aumento en términos reales del 3.7 por ciento.

No obstante, el Instituto también señala que este incremento se vio frenado por los efectos de la inflación. Es decir, en términos nominales, el total mundial aumentó un 6.5 por ciento.

Los tres países que más gastaron en armas y equipamiento fueron Estados Unidos, China y Rusia, representando el 56 por ciento del total mundial. Sin embargo, Europa en su conjunto registró el mayor aumento (+13 por cierto), debido en gran medida al gasto ruso y al ucraniano.

Para 2022, Estados Unidos se mantuvo como el país con el mayor gasto en defensa, alcanzando los 877,000 millones de dólares, un 39 por ciento del desembolso militar mundial total y tres veces más que la cantidad destinada por China, que se coloca en segundo lugar, con una partida de 292,000 millones de dólares (un 4.2 por ciento más que en 2021 y un aumento consecutivo desde hace 28 años). El gasto militar de Rusia creció un 9.2 por ciento (86,400 millones de dólares, un equivalente al 4.1 por ciento del PIB y un 34 por ciento más de lo planeado dentro del presupuesto nacional). En 2021, el equivalente frente al PIB fue del 3.7 por ciento.

Aunque Estados Unidos continúa encabezando la lista, las naciones de Europa Central y Occidental fueron las que más sumaron a la cifra total mundial (345,000 millones de dólares), superando con esto los niveles de 1989. Si bien el Reino Unido, Alemania y Francia forman parte de los diez países con mayor gasto en el mundo, Finlandia (+36 por ciento), Lituania (+27 por ciento), Suecia (+12 por ciento) y Polonia (+11 por ciento) igualmente tuvieron los aumentos más pronunciados en inversión militar. En esta región, al tiempo que varios países elevaron significativamente su presupuesto militar, otros anunciaron planes para destinar más recursos en períodos de largo plazo, que podrían implementarse hasta en una década.

En el caso de los países del Este, la invasión a Ucrania impactó particularmente en la preocupación por la agresión rusa. Muchos antiguos Estados de este bloque duplicaron con creces su inversión militar desde 2014 (año de la anexión de la península de Crimea). En Ucrania, los datos se dispararon a registros jamás vistos: en 2022, el gasto militar alcanzó los 44,000 millones de dólares. Este incremento del 640 por ciento se traduce, en los datos registrados por el SIPRI, como el mayor en el gasto militar de un país en un solo año.

Con referencia al PIB, la carga militar ucraniana se disparó desde el 3.2 por ciento en 2021 hasta el 34 por ciento en 2022.

En la región de Asia y Oceanía, el gasto militar combinado fue de 575,000 millones de dólares, un 2.7 por ciento más que en 2021. En Japón, el aumento fue de un 5.9 por ciento entre 2021 y 2022, el nivel más alto desde 1960.

India fue el cuarto país con el mayor presupuesto destinado a defensa en el mundo, pues el gasto supuso un 6 por ciento más que en 2021. Le siguió Arabia Saudita, con un crecimiento del 16 por ciento. Etiopía es otra nación que también elevó su gasto (en un 88 por ciento), mientras que Nigeria y Turquía reportaron descensos de -38 por ciento y -26 por ciento, respectivamente, y en comparación con los niveles de 2021. En el caso de la OTAN, el gasto militar de los Estados miembros se elevó un 0.9 por ciento más que en 2021.

Nuevas estrategias nacionales de seguridad y mayor respaldo político

La agresión rusa modificó drásticamente las estrategias nacionales de seguridad en diversos países. Al mismo tiempo, reorientó las posiciones políticas, algunas de las cuales se habían mantenido neutrales, y otras, reticentes a elevar el gasto en defensa o al rearme mismo.

En Estados Unidos, la invasión a Ucrania influyó claramente en la posición de congresistas demócratas que hasta hace poco eran partidarios de una contención al gasto militar.[2]

De esta forma, ante la necesidad de satisfacer la demanda ucraniana, en un esfuerzo masivo de rearme y a fin de reconstruir las propias reservas, las Fuerzas Armadas estadounidenses buscan un mayor aumento en la producción de municiones, proyectiles de artillería, cohetes y misiles, entre otros.[3]

En el ámbito europeo, Alemania es el caso más emblemático de rearme en la región. Reticente por motivos históricos a afirmarse como potencia militar y con una política muy restrictiva a la exportación de armas, pocos días después de iniciada la guerra en Ucrania, el canciller Olaf Scholz anunció la inversión de 100 mil millones de euros para mejorar las Fuerzas Armadas y un incremento del gasto en un 2 por ciento del PIB.

Al lado de este país, destacan los casos de Dinamarca, Malta, Suecia y Finlandia, que abandonaron la neutralidad para reforzar su defensa nacional y cooperar más en el escenario regional, tanto con la OTAN como con la Unión Europea. Igualmente, es importante referir los nuevos planes de seguridad en el Reino Unido, Francia, Polonia, Luxemburgo, Bélgica, España y Hungría, entre otros miembros del bloque comunitario.

En el espacio de Asia-Pacífico, China anunció en marzo un alza al presupuesto anual en defensa del 7.2 por ciento,[4] partida mayor a la anterior del 6.8 por ciento y bastante superior a la previsión de crecimiento del PIB (de un 5.5 por ciento).[5] El Gobierno sostuvo que el aumento completa la actualización de las Fuerzas Armadas frente a un posible enfrentamiento militar con Estados Unidos y una invasión a la isla de Taiwán.

En ese programa, personas expertas destacan el desarrollo de medios y capacidades avanzadas, tales como una nueva armada basada en diseños soviéticos, armas hipersónicas y satélites meteorológicos,[6] entre otros.

En este marco, el país pretende culminar la modernización del Ejército para 2027 y convertir a sus Fuerzas Armadas en hegemónicas para mediados de siglo, por lo que analistas consideran que el nivel de gasto en seguridad se mantendrá durante las próximas décadas.[7]

Debido a la nueva estrategia de seguridad china, a la agresión rusa en Ucrania que no cesa y a las amenazas latentes desde Corea del Norte, el equilibrio regional en defensa también comenzó a reconfigurarse. Japón (el gasto en defensa será un 26.3 por ciento mayor al anterior y se duplicará en los próximos cinco años),[8] Corea del Sur (se pretende incrementar la inversión militar en un 6.8 por ciento anual hasta 2027)[9] e India (el presupuesto en seguridad se eleva en un 13 por ciento)[10] son apenas algunos de los países en este escenario que ya anunciaron programas y objetivos ambiciosos para aumentar el presupuesto y la capacidad militar, así como una mayor adquisición de medios de defensa.

Otro foco por observar con gran tendencia al rearme es Oriente Medio, región que concentra a tres países con importante proyección militar —Arabia Saudita, Israel e Irán—. Los tres, además, se encuentran entre los primeros 20 Estados en el mundo con mayor gasto, según el SIPRI. Adicionalmente, cabe mencionar que el Ejército de Marruecos se encuentra inmerso en un proceso de modernización y desarrollo en sus capacidades de defensa y ataque, a fin de convertirse en potencia militar hacia 2030,[11] y que Qatar amplió sus Fuerzas Armadas, está mejorando sus inventarios de armas y elevó el gasto en un 27 por ciento.

Avanzan y se fortalecen las alianzas regionales

En la OTAN, luego de presentarse en marzo el informe anual de la organización, por octavo año consecutivo (desde 2015), los países europeos y Canadá registraron un alza en el gasto militar (en un 2.58 por ciento), el cual creció un 2.2 por ciento en términos reales entre 2021 y 2022. No obstante, destaca que fue menor que los niveles de 2021 (del 2.8 por ciento) y 2020 (del 4.6 por ciento).[12]

Por tal motivo, la Organización espera acordar un objetivo más ambicioso, cuyo mínimo sea del 2 por ciento del PIB, durante la próxima cumbre que se celebrará en julio.[13]

El documento refiere que sólo siete de los 30 países que integran la alianza cumplieron en 2022 con el acuerdo para llegar al menos al 2 por ciento del PIB en gasto de defensa. Según datos de la Organización, Grecia (un 3.54 por ciento), Estados Unidos (un 3.46 por ciento), Lituania (un 2.47 por ciento), Polonia (un 2.42 por ciento), el Reino Unido (un 2.16 por ciento), Estonia (un 2.12 por ciento) y Letonia (un 2.07 por ciento) alcanzaron ese objetivo en ese orden.

España, por su parte, quedó lejos de ese fin, y se coloca como el segundo país de la Organización que menos parte de su presupuesto dedica a defensa (un 1.09 por ciento), luego de Islandia, que no posee un Ejército permanente. Al respecto, el presidente español, Pedro Sánchez, se comprometió a duplicar el volumen de gasto en el rubro, estableciendo como plazo el año 2029.[14]

En la Unión Europea, la agresión rusa reactivó —tanto a nivel nacional como en el seno del bloque— las alarmas de un debate añejo e inconcluso sobre la defensa y seguridad entre los países miembros. Factores como la OTAN, la soberanía nacional, paradigmas culturales e intereses diversos son apenas algunas de las muchas cuestiones que han imposibilitado progresos en este ámbito. Si bien, después de Ucrania, existe el consenso unánime sobre reforzar las capacidades de defensa y mantener una estrecha coordinación entre socios y aliados, lo que incluye a la OTAN, el giro alemán, a la par de las nuevas políticas de seguridad y rearme, fortalecen el añejo deseo de la defensa mutua, en el que Francia se coloca como adalid.

Por otro lado, tras el replanteamiento chino, iniciativas de seguridad como AUKUS (Estados Unidos, Reino Unido y Australia) y el resurgimiento del QUAD (Australia, India, Japón y Estados Unidos) se fortalecen y reorientan estratégicamente en la región Indo-Pacífico.

Ante este panorama adverso, muchos escenarios quedan por observar y nuevos cuestionamientos y lecturas por analizar. Algunos de estos son la alteración de los equilibrios estratégicos; la transparencia y dirección del gasto militar, así como de los desarrollos y capacidades tecnológicas; la necesidad y posibilidad de nuevas negociaciones y acuerdos, por ejemplo, en el caso de la defensa antimisiles y el futuro del arsenal nuclear (particularmente en este último aspecto, tras el cese de los pactos entre Estados Unidos y Rusia, y la llegada de inéditos avances); mayor integración a nivel regional, tanto en el ámbito europeo como en el asiático; la importancia de las alianzas y la cooperación inter e intrarregional, dejando fuera la probable competencia.

En un mundo cada vez más versátil, los cambios globales ya reflejan considerables retos y desafíos a los que, desde el Senado de la República debemos prestar atención, particularmente en un momento en que a la nueva carrera armamentista retorna un debate añejo, complejo e inconcluso, cuyas secuelas impactan los escenarios globales, regionales y nacionales.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA

 

Fuentes:

[1] Apartado elaborado con información del Stockholm International Peace Research Institute, “El gasto militar mundial alcanza un nuevo récord con el aumento del gasto europeo”. Stockholm International Peace Research Institute (24 de abril, 2023), sec. Media, Press Releases [En línea]: https://bit.ly/41ZRkgV [Consulta: 3 de mayo, 2023] y de Juan Pablo Lucumí, “El gasto militar mundial alcanzó en 2022 un nuevo récord desde la Guerra Fría”. France24 (24 de abril, 2023), sec. Economía, ed. Español [En línea]: https://bit.ly/3AVynQH [Consulta: 3 de mayo, 2023].

[2] Andrea Rizzi, “El mundo se asoma a una época de gran rearme”. El País (19 de marzo, 2022), sec. Internacional, ed. América-México [En línea]: https://bit.ly/3VDh40n [Consulta: 2 de mayo, 2023].

[3] Haley Britzky y Oren Liebermann, “Ucrania está quemando municiones más rápido de lo que EE.UU. y la OTAN pueden producir. Este es el plan del Pentágono para cerrar la brecha”. CNN en Español (17 de febrero, 2023), sec. Defensa [En línea]:  https://bit.ly/3LXZu3H [Consulta: 4 de mayo, 2023].

[4] Alberto Tejedor, “China arroja más leña a su presupuesto militar mientras se prepara para la guerra”. La Razón (6 de marzo, 2023), sec. Internacional [En línea]: https://bit.ly/3nzgzaU [Consulta: 4 de mayo, 2023].

[5] A. Rizzi, op. cit.

[6] Alexis Paiva Mack, “Así son los misiles hipersónicos “invencibles” con los que China podría atacar distintas bases de Estados Unidos”. La Tercera (15 de marzo, 2023), sec. Tendencias [En línea]: https://bit.ly/3HE8HvK [Consulta: 4 de mayo, 2023].

[7] A. Tejedor, op. cit.

[8] BBC News Mundo, “El gobierno de Japón anuncia el mayor rearme de su ejército desde la Segunda Guerra Mundial”. BBC News Mundo (17 de diciembre, 2022), sec. Internacional [En línea]: https://bbc.in/3M5Pi9u [Consulta: 4 de mayo, 2023].

[9] EFE, “Seúl quiere aumentar gasto en defensa en un 6,8 % de media anual hasta 2027”. Swissinfo.ch (28 de diciembre, 2022), ed. Español [En línea]: https://bit.ly/3AVCbRZ [Consulta: 4 de mayo, 2023].

[10] A. Tejedor, op. cit.

[11] Rosa Meneses, “El rearme con tecnología avanzada de Marruecos para convertirse en potencia militar de aquí a 2030”. El Mundo (20 de abril, 2023), sec. Internacional [En línea]: https://bit.ly/428R7YU [Consulta: 4 de mayo, 2023].

[12] RTVE, “Solo siete países de la OTAN cumplieron con el acuerdo de elevar el gasto militar hasta el 2% del PIB en 2022”. RTVE (21 de marzo, 2023), sec. Guerra en Ucrania [En línea]: https://bit.ly/44yqDBB [Consulta: 3 de mayo, 2023].

[13] Idem.

[14] Idem.