La epidemia de la desinformación

Las especulaciones y la información no verificada en torno al origen y esparcimiento del nuevo coronavirus no son un fenómeno aislado, sino recurrente, en todos los países donde se han presentado casos. Una de estas teorías sugiere que el virus se originó en un mercado de la ciudad china de Wuhan; otra, que un soldado estadounidense fue el primer portador en el país asiático o que el Covid-19 es utilizado por el gobierno chino para desestabilizar el gobierno de Vietnam. Ninguna de estas suposiciones es comprobable y, sin embargo, han generado especulaciones y desconcierto que sugieren que el coronavirus viene acompañado de una epidemia de desinformación.

La circulación de información confusa, imprecisa y en ocasiones mal intencionada también está sucediendo en México. En redes sociales se han publicado contenidos catastróficos que se encuentran lejos de la realidad. Algunas personas se han dedicado a divulgar reportes sin fuente ni sustento que contravienen la información oficial que las autoridades hacen pública de manera diaria. Estas acciones no resultan solamente irresponsables e insensibles ante una situación que requiere de la unidad nacional para salir adelante, sino que también son sumamente peligrosas, al poder generar situaciones de pánico.

Ante esta situación que provoca alerta y preocupación entre la sociedad, es conveniente atender el llamado de António Guterres, secretario general de las ONU, para afrontar la situación actual por coronavirus con prudencia y no con pánico. Señaló que es hora de la ciencia y no de los estigmas; de los hechos y no del miedo. Para lograrlo es necesario confiar y consultar las fuentes oficiales de información tanto a nivel internacional como nacional, para conocer el desarrollo de la enfermedad, así como las medidas preventivas.

En el ámbito internacional, es recomendable consultar la información publicada diariamente por la OMS. De acuerdo con los datos de este organismo, China está logrando controlar la situación; en su más reciente comunicado reportó que en promedio se están presentando solamente 18 casos nuevos, cuando hace algunas semanas se contaban por miles. Esto es una buena noticia para regiones como Europa, que se ha convertido en el nuevo epicentro de la enfermedad, pues indica que los contagios pueden ser prevenidos, y la situación revertida.

En el caso de México, en un esfuerzo por anular el efecto de la información errónea que es distribuida, el Ejecutivo federal ha designado al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, el Dr. Hugo López-Gatell Ramírez, como el canal de comunicación oficial para informar sobre la situación del Covid-19 en el país.

En las conferencias diarias, el subsecretario López-Gatell ha informado que México se encamina a la segunda fase de la contingencia, correspondiente a la de contagio comunitario, lo cual se espera que ocurra en la segunda mitad de marzo, con lo que el número de casos podría aumentar considerablemente, volviendo la situación más dinámica y aumentando el número de cancelaciones de eventos de concentración masiva.

Como lo ha reafirmado el Ejecutivo federal, desde la aparición de los primeros casos de Covid-19 en China, el gobierno de México empezó a tomar las medidas necesarias y a diseñar las acciones que se seguirán en cada una de las fases. Por ello, es importante no dejarse guiar por información alarmista que distorsiona la realidad y que convoca a realizar acciones innecesarias, como compras de pánico de ciertos productos. Atender la información oficial permitirá que, sin caer en la displicencia, se mantenga la calma y se tomen las medidas adecuadas de acuerdo con las fases que nuestro país experimenta.

Precisamente, las autoridades sanitarias de México han indicado que a partir del 23 de marzo se recomendará suspender temporalmente las actividades no esenciales de los sectores público, social y privado. En esta misma lógica, la SEP ha anunciado que el receso escolar se modificará a raíz de la contingencia, del 20 de marzo al 20 de abril, una medida que ayudará a prevenir y proteger a nuestras niñas, niños y jóvenes.

El esfuerzo institucional de brindar información objetiva debe estar acompañado por un comportamiento social adecuado. Se tiene que evitar compartir información cuya fuente y veracidad no es verificable. Éste es un momento en que la política y la ideología tienen que quedar de lado. En el actual contexto, es normal que las preocupaciones y la incertidumbre ronden la vida diaria de las personas; pero con unidad, responsabilidad y patriotismo, como en muchas otras ocasiones, saldremos adelante. Hoy México cuenta con un gobierno que no lucra con los momentos de crisis y que de manera honesta y moral convoca a que todas y todos nos esforcemos juntos para dejar atrás la pandemia por coronavirus y la epidemia de la desinformación.

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