Urgente atención

El reciente secuestro y rescate de 31 migrantes de Venezuela, Ecuador, Honduras, Colombia y México, que viajaban en un autobús en la carretera Matamoros-Reynosa, en Tamaulipas, es un recordatorio urgente de la necesidad de abordar el tema migratorio no solo como una cuestión fronteriza, sino desde una perspectiva multifactorial que a todos atañe.

Gracias a la acción coordinada y oportuna de las autoridades de Tamaulipas, así como de las secretarías de Seguridad y Protección Ciudadana y de la Defensa Nacional, las 31 personas migrantes fueron rescatadas sanas y salvas, incluyendo varios menores de edad.

Recordemos que durante décadas México ha sido zona de tránsito para millones de personas migrantes de Centro y Sudamérica —así como de otras regiones—, quienes buscan cruzar la frontera con Estados Unidos y en cuyo trayecto están expuestas al hambre, al clima y a la amenaza de grupos criminales que han hecho del secuestro y el tráfico humano su fuente de ingresos.

En México han ocurrido casos similares anteriormente. En 2010, durante el sexenio de Felipe Calderón, 72 migrantes fueron asesinados en San Fernando, Tamaulipas. Asimismo, la iniciativa Missing Migrants Project, de la Organización Internacional de la Migración, documentó 2 350 desapariciones de migrantes, solo de 2014 a 2016, durante la administración de Enrique Peña Nieto.

Otro caso ocurrió en mayo de 2023, en San Luis Potosí, donde un grupo armado secuestró a 50 migrantes que viajaban en una combi. Posteriormente, la Secretaría de la Defensa Nacional confirmó el rescate exitoso de 49 de ellos en Matehuala.

Más allá de la acción efectiva del Estado mexicano para contener y enfrentar esta situación, debe recordarse que la migración en tránsito es un fenómeno que comienza en los países de origen, debido a la falta de oportunidades laborales, a la pobreza, a la inseguridad, así como al cambio climático.

Si bien lo anterior es preocupante, lo cierto es que no existe actitud más reprobable y mezquina que tratar de politizar este tipo de hechos, porque detrás de cada migrante existe una historia y una familia que está pendiente de su trayecto en la búsqueda del “sueño americano”.

Hoy más que nunca debemos unir esfuerzos para enfrentar el desafío de la crisis migratoria. México y Estados Unidos están haciendo lo propio; prueba de ello es el diálogo de alto nivel con la delegación estadounidense encabezada por Antony Blinken, secretario de Estado, en la que se acordó la realización de encuentros periódicos a partir del presente mes, y la creación de un equipo conjunto de trabajo con autoridades de Centro y Sudamérica, con el objetivo de atender el tema migratorio bajo una política no de cerrar fronteras, sino de tender puentes que garanticen el entendimiento y, sobre todo, la integridad de las personas migrantes en tránsito.

 

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