Pobreza, hambre, deuda y acceso a las vacunas: estragos por la COVID-19 en los países más pobres y vulnerables

La pandemia por COVID-19 desató una crisis generalizada que ha perjudicado diversos ámbitos y sectores a nivel mundial. Sin embargo, el impacto ha sido diferente entre los países de ingresos altos y aquellos de ingresos medios o bajos. Al precario panorama social, económico y sanitario que ya se presentaba en estos, se han sumado el agravamiento de los niveles de pobreza y hambre; el desafío de la creciente y asfixiante deuda pública, y la inequitativa distribución de las vacunas, que en el corto plazo significa un acceso universal incierto.

 

El confinamiento, la pérdida de empleo e ingresos, los impactos a la economía informal y los problemas económicos—como el aumento de precios y la caída en el suministro de alimentos y medicamentos—han golpeado gravemente a los países y a las personas que ya eran pobres y vulnerables. Los organismos internacionales aseguran que la pandemia profundizará las desigualdades y las vulnerabilidades existentes, lo que además incidirá en el desarrollo y en el capital humano de los países en los próximos años.

 

Pobreza y hambre: retroceso en los progresos alcanzados

La pandemia no sólo ha puesto en peligro los progresos alcanzados en la reducción de los niveles de pobreza y hambre, sus consecuencias se han sumado a los conflictos, al cambio climático, a la desigualdad y a las turbulencias económicas que, en 2019, provocaron un aumento de la población en situación de inseguridad alimentaria extrema.[1] En su informe “La pobreza y la prosperidad compartida 2020: un cambio de suerte”, el Banco Mundial (BM) asegura que el objetivo de Naciones Unidas (ONU) de reducir la tasa de pobreza mundial a menos del 3 por ciento para 2030, será ahora más difícil de alcanzar.[2]

 

 

Antes de la COVID-19, el mundo había mostrado avances positivos en la lucha para combatir la pobreza extrema. Entre 1990 y 2017 se observó una disminución sostenida.[3] No obstante, el informe de la Red Mundial contra las Crisis Alimentarias informó que, al cierre de 2019, 135 millones de personas de 55 países y territorios sufrían hambre extrema—la cifra más alta documentada desde la primera edición del estudio en 2017—y un incremento de 22 millones respecto a 2018.[4]

 

El BM estima que en 2020, 100 millones de personas se sumaron a la pobreza, y que la pobreza extrema aumentó 1.5 por ciento. Para 2021 se prevé que crezca un 1.9 por ciento adicional, con lo que se alcanzaría una tasa de pobreza extrema del 9.4 por ciento para ambos años, un nivel similar al registrado en 2017.[5] El Programa Mundial de Alimentos (PMA) calcula que en 2020, el número de personas que sufrieron hambre extrema pudo elevarse hasta 265 millones, casi doblando la cifra de 2019.[6]

 

Por otro lado, la pandemia ha creado “nuevos pobres” en las ciudades. A diferencia de los denominados “pobres crónicos”—población rural dedicada a la agricultura y la ganadería—, se trata de personas con mayores grados educativos, dedicadas a los servicios, la construcción y la manufactura, pero sobre todo, se trata de población joven.[7] De manera contrastante, el BM también ha informado que, en 2020, por cada “nuevo pobre”, los hombres y mujeres más acaudalados del mundo aumentaron su riqueza 18,000 dólares.[8]

 

Para el BM, con la COVID-19 “la búsqueda para acabar con la pobreza ha sufrido su peor revés”, “la recesión de 2020 se recargó en los más pobres y vulnerables” y asegura que “los efectos de la actual crisis se mantendrán en la mayoría de los países hasta 2030”. Asimismo, indica que “es probable que la crisis aumente la desigualdad dentro de los países por primera vez en una generación”.[9]

 

El pasado 11 de marzo, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió al Consejo de Seguridad que “millones de personas estarán en riesgo de hambruna extrema y muerte en el mundo”.[10] Oxfam Internacional subraya que el hambre no se debe a una falta de alimentos, sino a un sistema alimentario deficiente que ha permitido que millones de personas pasen hambre en un planeta que produce suficientes alimentos, y agrega que, “la pandemia ha sacudido hasta sus cimientos [a este] sistema alimentario…, dejando a millones de personas al borde de la inanición”.[11] Volver a los niveles previos a la pandemia no será sencillo, y es posible que la cooperación y los esfuerzos internacionales no sean suficientes. Para Olivier Longué, director general de Acción contra el Hambre, “el mundo necesita también una curva de recuperación para el hambre”.[12]

 

El desafío de incrementar la deuda pública

Para combatir la pandemia, los países en todo el mundo aplicaron distintas estrategias, pero casi todos hicieron algo común: aumentar su gasto público para hacer frente a la crisis sanitaria y a los efectos económicos.[13] Una decisión que ha “empujado a un número cada vez mayor de países a una crisis de endeudamiento”.[14]

 

 

El incremento del gasto público—gastos en salud, ayuda financiera a las personas y negocios afectados—, sumado a la fuerte caída en los ingresos tributarios, llevaron a la deuda pública a alcanzar su máximo histórico, estando por primera vez cercana al 100 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) internacional. Es decir, la deuda pública global casi iguala el tamaño de la economía mundial.[15]

 

Si bien el Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó que este panorama inédito era necesario para reactivar la economía, también advirtió que la situación no sería igual para todos. “Los países en desarrollo, por ejemplo, podrían ser incapaces de aprovechar los mismos recursos que sus pares más ricos, y es probable que pronto se vean obligados a pagar miles de millones de dólares en pagos de deuda”.[16]

 

Para los países de ingreso bajo, que ya estaban sobreendeudados o próximos a estarlo incluso antes de la propagación de la COVID-19, el endeudamiento contraído en el marco de la crisis sanitaria es uno de los mayores desafíos a enfrentar en el escenario post pandemia.[17] En los próximos años, el pago de la deuda supone una pesada carga, por lo que el BM y el FMI llaman a actuar con rapidez para reducir la deuda y evitar así otra década perdida.[18]

 

En su informe “Perspectivas de la Economía Mundial”, el FMI indica que, para fines de 2021, los requerimientos de financiamiento externo en los países más pobres que reciben los servicios de la Asociación Internacional de Fomento (AIF, organismo del Banco Mundial), habrán aumentado hasta llegar al 3 por ciento del PIB, es decir, más de 67,000 millones de dólares por encima del promedio histórico de los últimos cinco años.[19]

 

 

Para ayudar a los países a que concentraran sus recursos en la lucha contra la pandemia y en las medidas dirigidas a proteger la vida y los medios de subsistencia de millones de personas vulnerables, en mayo de 2020 entró en vigor la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda, impulsada por el BM y el FMI, en conjunto con los miembros del G20.[20] Desde su puesta en marcha, esta iniciativa ha proporcionado un alivio de cerca de 5,000 millones de dólares a más de 40 países elegibles.[21] A la par, un total de 73 países pueden acceder a la suspensión temporal de los pagos del servicio de la deuda contraída con acreedores bilaterales oficiales. Para ello, el período de suspensión, que originalmente finalizaba el 31 de diciembre de 2020, se prorrogó hasta fines de junio de 2021.[22]

 

Con todo, el presidente del BM, David Malpass, enfatiza que la suspensión es una solución insuficiente, por lo que será necesario adoptar otras medidas.[23] Al respecto, la directora del FMI, Kristalina Georgieva, afirma que toda vez que muchos países se han vuelto más vulnerables debido a sus niveles de deuda, necesitarán acceso a más subsidios, créditos en condiciones favorables, una mejor gestión de la deuda, transparencia y, en algunos casos, la coordinación global para reestructurar la deuda soberana con la plena participación de los acreedores públicos y privados.[24]

 

La inequitativa distribución y el acceso universal incierto a las vacunas

Más de 200 millones de vacunas contra la COVID-19 han sido administradas en 107 países y territorios. Sin embargo, nueve de cada diez vacunas se aplican en países con recursos altos o medios-altos y casi la mitad, el 45 por ciento, se destinó a los miembros del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), donde sólo vive la décima parte de la población mundial. En cambio, de los 29 países de ingreso bajo, sólo Guinea y Ruanda han empezado a vacunar. Unos 1,840 millones de personas (casi un cuarto de la población mundial) viven en países que aún no inician procesos de vacunación.[25] Muchos países pobres tendrán que esperar hasta 2024 para vacunar al total de su población.[26]

 

La inequitativa distribución de las vacunas no se debe tanto a la capacidad de fabricación en el mundo, como a la manera en qué algunos países han podido comprar y tener acceso primero. ¿Cómo se llegó a esta situación? Los países ricos aprovecharon su poder adquisitivo e inversiones en el desarrollo de vacunas para obtener un lugar en primera fila y luego compraron la mayoría de las dosis antes que otros países.[27]

 

Para los países de ingresos medios y bajos, el Mecanismo de Acceso Global para Vacunas (COVAX) podría ser la única salida a la pandemia. Este mecanismo es codirigido por la Alianza Global para las Vacunas e Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés), la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su objetivo es acelerar el desarrollo y la fabricación de vacunas contra la COVID-19 y garantizar un acceso justo y equitativo para todos los países del mundo,[28] en especial, los más pobres.

 

COVAX espera haber entregado a finales de 2021, más de 2,000 millones de dosis, de las cuales alrededor de 1,300 millones se entregarán a los 92 países más pobres que participan en la iniciativa, lo que cubre alrededor del 20 por ciento de su población.[29] Sin embargo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, informó que el mecanismo enfrenta un serio desafío para satisfacer la demanda y solicitó a los países con vacunas compartir de inmediato 10 millones de dosis con COVAX.[30] ONUSIDA señala que, debido a la escasez de vacunas, se prevé que a mediados de año tan sólo se habrá vacunado a un 3 por ciento de la población de los países beneficiarios, y a una quinta parte a finales de 2021, en el mejor de los casos.[31]

 

 

Sudáfrica e India están liderando una propuesta ante la Organización Mundial del Comercio para que este órgano suspenda los derechos de propiedad intelectual de las vacunas mientras dure la pandemia. El objetivo es facilitar la transferencia de tecnología y el conocimiento científico para que los países en desarrollo puedan aumentar la producción de vacunas y hacerlas accesibles a sus poblaciones.[32] La historia de las epidemias muestra que no sería la primera vez que una enfermedad se comienza a combatir primero en los países de altos ingresos. Ya sucedió con la poliomielitis, la viruela y el VIH.[33]

 

Los países ricos se oponen a esta iniciativa. Argumentan que las patentes son necesarias para incentivar la investigación y el desarrollo de medicamentos y sugieren recurrir a los acuerdos bilaterales con las farmacéuticas. En contraste, la industria farmacéutica subraya que no son las patentes las que están provocando una escasez de vacunas en los países de medianos y bajos ingresos. El obstáculo, aseguran, está en la escasez de ingredientes y la capacidad de producción.[34]

 

El C-TAP (Acceso Mancomunado a la Tecnología contra la COVID-19), creado en junio de 2020 por la OMS y suscrito por 40 Estados, es otra iniciativa que busca compartir de forma voluntaria conocimientos, datos y propiedad intelectual de tecnologías sanitarias para la lucha contra la COVID-19. Sin embargo, hasta ahora ha tenido muy pocas respuestas.[35]

 

Ante este panorama, una gran preocupación es que en los países de ingresos medios y bajos no contarán con suficientes vacunas y el virus continuará propagándose, mientras que en los países de ingresos altos las personas estarán protegidas e, incluso, habrá excedentes de vacunas.[36] Un riesgo adicional es que las mutaciones del virus las haga inefectivas, con las consecuencias económicas, políticas y sociales que esto puede causar.[37] Una máxima que han acuñado los organismos internacionales y sus líderes es que “ningún país estará a salvo hasta que todos lo estén”.[38] La OMS apunta a inmunizar entre el 60 y el 70 por ciento de la población mundial para controlar la enfermedad.[39]

 

En la universalización de la vacuna, México ha exhortado en los mecanismos multilaterales correspondientes al acceso igualitario y un reparto más justo de las vacunas contra la COVID-19. Nuestro país es parte de la plataforma COVAX, y espera recibir las primeras dosis de este mecanismo entre abril y mayo de 2021. Ante la ONU, México denunció la ineficiencia de este mecanismo, y el presidente Andrés Manuel López Obrador reclamó la intervención de la Organización ante la distribución desigual, al tiempo que acusó a los países productores del acaparamiento. Finalmente, en el ámbito regional, México se ha aliado con Argentina para priorizar la lucha contra la pandemia en América Latina, a partir de la producción y distribución conjunta de la vacuna de AstraZeneca.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA

 

Fuentes

[1] Alejandra Agudo. (2020). “135 millones de personas sufrían hambre aguda antes ya del coronavirus”. El País. 29 de marzo de 2021. https://bit.ly/3cRfR0p

[2] Banco Mundial. (2020). Informe “La pobreza y la prosperidad compartida 2020: un cambio de suerte”. 29 de marzo de 2021. https://bit.ly/3dxBsdG

[3] Ídem.

[4] Noticias ONU. (2020). “La pandemia del coronavirus puede duplicar el número de personas que padecen hambre extrema”. 29 de marzo de 2021. https://bit.ly/3sW5cYa

[5] Dora Villanueva. (2021). “El COVID generó otros 100 millones de pobres en 2020”. La Jornada. 29 de marzo de 2021. https://bit.ly/3cTbeTQ

[6] Noticias ONU. (2020). “La pandemia del coronavirus…”. Op. cit.

[7] Dora Villanueva. (2021). “El COVID generó…”. Op. cit.

[8] Ídem.

[9] Ídem.

[10] Deutsche Welle. (2021). “ONU: 30 millones de personas ´a un paso´ de sufrir de hambruna”. 29 de marzo de 2021. https://bit.ly/3sSHuvP

[11] OXFAM International. (s.f.). “El mundo al borde de una “pandemia de hambre”: el coronavirus amenaza con sumir a millones de personas en la hambruna”. 29 de marzo de 2021. https://bit.ly/3dydZZL

[12] Santiago Torrado. (2021). “Acción contra el Hambre alerta sobre los estragos de la pandemia en América Latina”. El País. 29 de marzo de 2021. https://bit.ly/3fJoZGs

[13] BBC. (2020). “Cómo el covid-19 generará la mayor deuda pública mundial de la historia (y por qué no es necesariamente algo malo)”. 30 de marzo de 2021. https://bbc.in/3sVOyYo

[14] Banco Mundial. (2021). “Deuda”. 30 de marzo de 2021. https://bit.ly/3uBZUS7

[15] BBC. (2020). “Cómo el covid-19…”. Op. cit.

[16] Ídem.

[17] Banco Mundial. (2020). “Resumen anual 2020: El impacto de la COVID-19 (coronavirus) en 12 gráficos”. 30 de marzo de 2021. https://bit.ly/3mjQwzo

[18] Ídem.

[19] Banco Mundial. (2021). “Los países pobres son los más afectados por la pandemia de COVID-19; la AIF del Banco Mundial aumenta su apoyo”. 30 de marzo de 2021. https://bit.ly/3dz7ZQo

[20] Banco Mundial. (2021). “COVID-19 (coronavirus): Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda”. 30 de marzo de 2021. https://bit.ly/3ww6yLp

[21] Banco Mundial. (2021). “Los países pobres son …”. Op.cit.

[22] Banco Mundial. (2021). “COVID-19 (coronavirus): …”. Op. cit.

[23] Banco Mundial. (2020). “Resumen anual 2020: …”. Op. cit.

[24] BBC. (2020). “Cómo el covid-19…”. Op. cit.

[25] Deutsche Welle. (2021). “Vacunación contra COVID-19 es desigual en países pobres y ricos”. 31 de marzo de 2021. https://bit.ly/3dzTpbx

[26] Lioman Lima. (2021). “Coronavirus | ´La distribución desigual de vacunas entre países ricos y pobres significará que el virus continuará propagándose y mutando´”. BBC. 31 de marzo de 2021. https://bbc.in/2RaR2Er

[27] Ídem.

[28] OMS. (2021). “COVAX: colaboración para un acceso equitativo mundial a las vacunas contra la COVID-19”. 31 de marzo de 2021. https://bit.ly/3dyifZf

[29] BBC. (2021). “Coronavirus: 6 preguntas sobre Covax, el plan global para distribuir la vacunas entre los países pobres”. 31 de marzo de 2021. https://bbc.in/2PtrxOl

[30] Reuters. (2021). “Programa de vacuna COVAX para COVID-19 enfrenta un déficit de suministro: OMS”. 1° de abril de 2021. https://bit.ly/3cQOrI7

[31] ONUSIDA. (2021). “Los países ricos vacunan a una persona por segundo, mientras la mayoría de las naciones pobres aún no han puesto ni una sola dosis”. 1° de abril de 2021. https://bit.ly/3fImSCF

[32] María Elena Navas. (2021). “Vacunas de covid-19: ¿por qué no se liberan las patentes para que puedan producirse de manera masiva y lleguen a todo el mundo?”. BBC. 1° de abril de 2021. https://bbc.in/3cSA2Lw

[33] Guillermo D. Olmo. (2021). “Vacunas contra el coronavirus: a qué se debe el secretismo que rodea los contratos entre los gobiernos y las farmacéuticas”. BBC. 1° de abril de 2021. https://bbc.in/3cOpTPU

[34] María Elena Navas. (2021). “Vacunas de covid-19: …”. Op. cit.

[35] Ídem.

[36] Lioman Lima. (2021). “Coronavirus | ´La distribución desigual…”. Op. cit.

[37] Ídem.

[38] Deutsche Welle. (2021). “Vacunación contra COVID-19…”. Op. cit.

[39] José Carlos Cueto. (2020). “Vacuna contra el coronavirus: qué nivel de vacunación se necesita para volver a ´la vida normal´”. BBC. 1° de abril de 2021. https://bbc.in/3upMUPi